La vacunación no es más que la estimulación de las defensas inmunitarias del cuerpo contra enfermedades específicas.
Los cachorros, en sus primeras semanas de vida están protegidos contra muchas enfermedades infecciosas debido a los anticuerpos de la leche materna que reciben en las primeras horas de vida, el calostro.
La protección materna dura menos de tres meses. Para esto, los programas de vacunación comienzan alrededor de los dos meses de edad con la primera vacunación y se completará a las 12-13 semanas de edad cuando los anticuerpos maternos disminuyen.
La inmunidad a las enfermedades no dura para siempre y gradualmente se desvanece, permitiendo que el perro corra el riesgo de enfermar. Hasta que cumple un año, nuestro peludo debe recibir todas las vacunas básicas necesarias que le permitan lograr una inmunidad sólida.
Sin ellas, el sistema inmunológico del perro puede no ser capaz de protegerlo.
Las principales enfermedades infecciosas contra las cuales el perro está vacunado desde pequeño son parvovirus, hemorragia, hepatitis, leptospirosis y bronquitis infecciosa. Son todas enfermedades altamente contagiosas y, si se contraen, son considerablemente difíciles de curar y son a menudo letales. En cambio, la vacunación contra la rabia es obligatoria sólo bajo ciertas condiciones o para llevar al animal al extranjero, pero también puede ser recomendable.