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Errores comunes al entrenar a tu perro
El entrenamiento es una base fundamental para el buen comportamiento de tu perro. Desde cachorro (o adulto en los casos de adopción), debe aprender las normas de su nuevo hogar. Lo que queremos con el entrenamiento es que él pueda responder a nuestras señales y frases para tener una buena comunicación y una buena convivencia. Aquí te dejamos cuatro errores muy comunes en el proceso de entrenamiento:
Empezar el entrenamiento muy tarde:
Los cachorros no podrán seguir instrucciones muy avanzadas, por lo que se debe empezar con indicaciones básicas pero reforzándolas constantemente.
El entrenamiento debe comenzar en cuanto el perro llegue a casa, independientemente de su edad. Uno de los errores más comunes es no empezar inmediatamente y dejar que tu perro adquiera malos hábitos. Es evidente que los cachorros no podrán seguir instrucciones muy avanzadas, por lo que se debe empezar con indicaciones básicas pero reforzándolas constantemente. Con el tiempo, el cachorro madurará y se irá acostumbrando a seguir tus órdenes, ahí es cuando puedes continuar con comandos más avanzados.
No ser constantes
Entrenar es algo que se debe hacer regularmente, con una vez que lo hagas no basta. Un solo comando se debe enseñar muchas veces en sesiones cortas de 10 a 15 minutos al menos dos o tres veces por semana. Está bien enseñar cosas nuevas a tu perro, pero recuerda volver de vez en cuando a las enseñanzas anteriores para asegurarte de que tu perro lo tiene ya dominado. Estarás entrenando a tu perro toda su vida, siempre enseñándole cosas nuevas, incluso cuando llegan a la vejez.
Entrenamiento a medida
No todos los perros son iguales, por lo que no todas las técnicas de entrenamiento pueden ser las más efectivas para el tuyo. Seguir un entrenamiento de manual no siempre es lo mejor. Lee de varias fuentes y sigue varios consejos para así diseñar un plan de entrenamiento a la medida de tu mascota. Tú smás que nadie sabes cómo es su comportamiento y a qué cosas responde de manera positiva. Podrás ir probando diferentes técnicas y aprender cuál funciona mejor.
No ser consecuentes
Muchas veces no somos conscientes de que nuestro perro no distingue los momentos en los que se puede saltar una regla y en los que no, y es sin duda un error muy común. Cuando entrenamos a nuestro perro para que no se suba al sofá o a la cama, esto debe cumplirse siempre. Si en alguna ocasión queremos dormir con él en la cama, este entenderá que es algo permitido y lo volverá a hacer. Lo mismo pasa cuando le enseñamos a no mendigar comida, lo correcto es ser consecuente con las reglas que le has impuesto y en ningún momento dejar que alguien le ofrezca su alimento. De lo contrario, esto hará que el perro se confunda cuando lo regañamos por hacer algo que anteriormente habíamos permitido.
Finalmente, el mayor error que puedes cometer es ser impaciente: el entrenamiento lleva tiempo y cada perro aprende a un ritmo diferente. Frustrarse o estresarse solo provocará que este también se estrese. Recuerda que las sesiones deben durar como máximo 15 minutos, así que divide el entrenamiento en partes y siempre termina con una recompensa para que el perro relacione estos momentos con algo positivo, así él estará más dispuesto a reaccionar como tú quieres.