Dermatitis atópica en perros
El molesto picor provocado por la dermatitis atópica puede mermar considerablemente la calidad de vida de tu perro, ya que afecta a su carácter, descanso y a su estado emocional.
Queremos darte las claves para convivir con esta afección de modo que puedas ayudar a tu mascota a recuperar su buen estado de salud y ánimo, además de recomendarte que acudas al veterinario si observas estos síntomas para que emita un diagnóstico.
¿Qué es la dermatitis atópica canina?
La dermatitis atópica en perros se puede definir como una alergia o reacción de hipersensibilidad que produce picores en la cara, oídos y vientre de nuestros perros, aunque puede manifestarse en otras partes de su cuerpo.
Esta afección suele afectar especialmente a perros jóvenes de hasta tres años.
Esos picores provocan que el perro se rasque y se lama, lo cual inflama la piel y puede llegar a provocar infecciones que dañarían más su epidermis. Además, existen razas entre las que la dermatitis suele incidir de forma especial (por ejemplo, shar pei, bulldog francés, pastor alemán, dálmata, boxer, labrador, westie o setter).
Es importante saber que la dermatitis atópica canina suele aparecer con más frecuencia en los meses de primavera y verano, coincidiendo con una mayor exposición por parte del animal a algunas de sus posibles causas.
Como la causa es la reacción del sistema inmunológico de nuestro perro, la enfermedad no es curable por sí, pero sí es posible mejorar mucho la calidad de vida y evitar los brotes.
Síntomas de la dermatitis atópica en perros
Lo más habitual es el cambio en el comportamiento, por el rascado o lamido habitual o frecuente. Además, podemos encontrar estos otros signos que alertan de esta dolencia:
- Enrojecimiento de la piel y aparición de pequeñas pupas o pápulas.
- Descamación de la piel.
- Pérdida del pelo en determinadas zonas como el interior de las orejas o la zona de la barriga y los genitales, generalmente en forma de ronchas.
- Otitis o dolor y molestia en la zona de los oídos: Es especialmente importante revisarlos porque son de las zonas donde más molesta esta afección a nuestras mascotas.
- Cambio del tono de piel.
- Conjuntivitis.
¿Cuáles son sus causas de la dermatitis canina?
Son varias las causas de la dermatitis canina, por lo que la evaluación del veterinario será necesaria y las pautas que establezca servirán para identificar el origen.
Las pulgas y garrapatas pueden ser una de las causas de esta molestia, pero también las bacterias y los hongos. En este segundo caso, será más complicado identificar al causante puesto que puede requerir de un cultivo en laboratorio o de test con reactivos específicos.
En ocasiones, la causa puede ser una alergia a algún alimento o sustancia
El bloque de causas más difíciles de determinar es el de las alergias, que suelen esconderse detrás de muchas de estas dermatitis atópicas. Con frecuencia, se suele utilizar el método de descarte, eliminando de la vida del perro sustancias y viendo si la dermatitis mejora o continúa. Así, se pueden ir identificando alimentos, por ejemplo, y viendo si su desaparición de la dieta provoca alguna mejoría.
Las picaduras de insectos y parásitos también suelen dar lugar a reacciones alérgicas que acaban transformándose en una dermatitis atópica.
Cómo actuar en caso de que tu perro sufra dermatitis atopica
El veterinario establecerá el tratamiento adecuado, que puede empezar con algún medicamento que alivie el picor. Además, si la piel presenta heridas o irritaciones por consecuencia del rascado, muy posiblemente el veterinario recomiende el tratamiento con antibióticos si existe riesgo de infección o si ya se ha producido.
Si la causa se identifica en los mohos, el medicamento antifúngico deberá administrarse en la forma que el profesional prescriba. En cualquier caso, existen en el mercado champús con acción bactericida o antimicótica que, correctamente aplicados, pueden colaborar en el tratamiento.
Si la causa es alérgica, el veterinario valorará una inmunoterapia y el alimento idóneo para el perro. Además ha de elaborar una lista de sustancias “prohibidas” que habrá que buscar en todo aquello que le rodee, evitando premios o chucherías que contengan ese alérgeno específico. Tampoco hay que descuidar su exposición a lugares especialmente cargados (como por ejemplo en el caso de los pólenes).