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Consejos para cuando llega un nuevo gato a casa
Cuando decidimos llevar un nuevo gato a casa lo normal es que estemos tan llenos de emoción que lo que queremos es llenarlo de atención. Esta, aunque sea nuestra manera de demostrarle cariño, no es la mejor decisión a la hora de hacerle sentir que está en casa. Los gatos aman la rutina y un cambio tan grande en su vida es algo alarmante. Por esto, lo mejor, es dejar que se familiaricen a su ritmo y a su manera con los olores, sonidos y lugares nuevos. Pero ¿cómo podemos ayudarles en este proceso?
Antes de su llegada:
Los escondites, en especial los que están en lugares altos, son muy importantes para tu gato, por lo que preparar cuevas o túneles le hará saber que tiene lugares donde esconderse cuando sienta estrés o miedo.
Debes preparar su habitación o su zona segura días antes de su llegada. Es importante colocar sus cosas en un lugar poco transitado: comedero, bebedero, bandeja de arena, rascador, escondites, una cama y algunos juguetes no deben faltar. Estas no tienen que estar necesariamente juntas, de hecho, por ejemplo, la bandeja de arena debe estar alejada de donde el gato vaya a alimentarse y donde vaya a descansar.
Los escondites, en especial los que están en lugares altos, son muy importantes para tu gato, por lo que preparar cuevas o túneles le hará saber que tiene lugares donde esconderse cuando sienta estrés o miedo. Todo esto le ayudará a que la adaptación en su nueva casa sea más llevadera y en todo momento se sienta protegido. Adicionalmente, puedes recurrir a objetos con los que el gato ya esté familiarizado o colocar un difusor de hormonas en su cama y en sus escondites desde días antes de su llegada.
El gato llega a casa:
Al llegar con el gato en su transportín, déjalo en la zona que has preparado para él y deja que decida cuándo salir. Deja que él mismo comience a explorar todo lo que le has preparado. Si ves que no sale de su transportín o que ha decidido esconderse en otro lugar, no lo saques de allí, pues es el lugar donde se siente más seguro y de esta manera podrá gestionar mejor su estrés. En su momento se sentirá dispuesto a explorar y jugar.
Alimentación:
Es normal que tu gato no coma durante el primer día, pero no te preocupes, es algo normal debido a la cantidad de estrés que está teniendo. Lo mejor es que dejes su comida servida en su comedero y además unos trozos cerca el lugar donde esté escondido, de esta manera irá comiendo poco a poco. Si ves que después del primer día sigue sin comer, consulta con tu veterinario.
Interacción:
Darle el espacio que necesita tu gato es muy importante, pero esto no quiere decir que no puedas intentar acercarte a él. Cuando ya haya salido de su transportín, puedes sentarte cerca y esperar a ver cómo reacciona. Puedes poner comida en tu mano para que se acerque, pero en ningún momento intentes acariciarlo sin que él se haya acercado primero. Si él lo desea, se frotará contra ti.
Hora de dormir:
Es usual que, al llegar a una nueva casa, el gato no tenga la rutina de dormir a tu misma hora, por lo que puede despertarte durante la noche. Los primeros días deberás enseñarle cómo es tu rutina. Para esto, enciende y apaga las luces de toda la casa siempre a la misma hora, sé estricto con sus horas de comida e intenta cansarlo durante el día. Si el gato permanece solo todo el día, lo normal es que en la noche esté aburrido, por lo que puedes dejarle juegos que alimenten su ingenio y les ayuden a moverse, como buscar premios.
Muchos gatos prefieren madrugar y te despiertan para que les des su desayuno. Déjale preparada su comida para que ellos mismos puedan comer sin molestarte. Si tu gato llora, intenta ignorarle y si no consigue entender que debe dormir, será necesario hacerle saber que está haciendo algo mal. Llévalo a su cama y cierra la puerta de la habitación, pero nunca lo hagas enfadar: siempre trátalo con mucha paciencia y cariño.